Este es el Ágora, espacio compartido por todos los participantes en este laboratorio, donde se publicarán automáticamente aquellas contribuciones que realicéis en vuestro «Folio», siempre y cuando vosotros le deis el permiso de publicación.
Si estáis haciendo las actividades optativas de este laboratorio, pronto veremos vuestras participaciones.
Teniendo en cuenta la naturaleza de la revista especializada en cultura, arte y entretenimiento, he decidido presentar una propuesta de portada conceptual donde se utilizarán recursos como fotografías, ilustraciones, collage.. para expresar conceptos complejos de una forma simple.
Para la revista número 1, he realizado un collage que intenta expresar toda la esencia de los temas que trata la revista como ilustración, graffiti, cultura, viajes, fotografía, ecología… Digamos que el collage habla de los temas que la revista trata en general.
En la propuesta para la revista número 2, he trabajado más con el contenido de la misma y he realizado una ilustración sobre el tema principal de la revista mediante la figura de Traloc, el temible dios del rayo.
La contraportada de las revistas están destinadas a la publicidad.
Las revista digitales forman parte del avance de las nuevas tecnologías, nuevas generaciones con estilos de consumos diferentes, lectores ávidos de experiencias que se basan en plataformas tecnológicas, donde lo audiovisual parece captar más la atención que el propio texto. La imagen sirve de ilustración a la nota periodística, hoy en día el texto ha pasado a ocupar un segundo lugar y sirve de anclaje lo que se narra con las imágenes. El ritmo vertiginoso de estos días lleva a las personas a practicar una lectura más superficial, sin profundidad, invirtiendo el poco tiempo que tienen en los formatos digitales donde predomina lo audiovisual.
Autor: Patricio Conde Título: Náufragos Fecha: Diciembre 2019 Técnica y soporte: Cómic con dibujo en Rotring y coloreado digitalmente. Impresión digital y formato issuu digital Dimensiones: 15 x 21cm
Descripción:
Náfragos cuenta los problemas cotideanos de una pareja narrados en clave de ciencia ficción. Una historia cargada de contenido simbólico, con poco diálogo, que pone a prueba la empatía del lector.
Propuesta de exposición:
La idea del proyecto era dejarlo en formato fanzine para ser distribuído en tiendas especializadas y librerías. El formato final serían una edición limitada de 100 copias e impresas a dos tintas en risografía.
Investigando un poco con el tema de la distribución me he dado cuenta también lo interesante que llega a ser la distribucción libre en formato digital. Es por eso que también hice un Issuu (formato de revista digital para poder verlo desde cualquier parte y dispositivo). Adjunto la visualización digital a continuación para quien le interese leer la historia,
Agradezco enormemente tus gentiles deseos hacía mi carrera como artista. Tus consejos para evitar mis bloqueos creativos son bien recibidos. Ilustras en tu carta a Henri Matisse, pero amiga mía, ¿no crees que guiarme por sus talentos es aún prematuro? Yo me considero más bien una simple aprendiz de artista. Igualmente tomo nota del referente, y sin duda, su obra y vivencias me servirán de inspiración. ¿Te has fijado que Matisse fue un rebelde? Estudió derecho y abandonó la profesión en contra de los deseos de su padre, para formarse como artista. Yo, por el contrario, seguí los deseos de mi padre, y no fue hasta alcanzado el ecuador de mis treinta que decidí prestar atención a mis anhelos. ¿Crees que aún tengo alguna posibilidad? No me considero tan rebelde como Matisse, pero he de agradecer que me hayas mostrado a este gran artista. Será sin duda uno de mis modelos a seguir. Él sugería que todo nuevo artista primero tenía que aprender a dominar las técnicas básicas de composición y líneas, y conocer a los grandes maestros de la pintura. Una vez adquirida la habilidad, ya podrían expresarse. Este es sin duda mi actual cometido. Señalaba también, que buscaba expresar luz, pero no la luz en sí, si no la luz que está en el cerebro del artista. Su mantra era que la expresión lo es todo. Comparaba el aprendizaje creativo con el trabajo de un acróbata. Decía que no debíamos perder de vista el largo trabajo de preparación que es necesario para obtener un buen resultado. Denota que valoraba el esfuerzo de todo trabajo bien hecho.
¡Me sugieres que rompa las reglas igual que hizo Matisse! Pero, ¡él era un valiente! ¡un maestro! Fue agraciado con un talento natural. Esto, sin duda, le aportaba seguridad y convicción. Declaraba que él trabajaba sólo para sí mismo. Alegó que tuvo una revelación con los materiales, y debido a ello sintió una gran pasión por el color. Hacia 1912, cuando le preguntaban por qué había pintado tomates azules, él respondía que los veía de esa manera y que sentía si nadie más los veía así. Yo me encuentro aún muy lejos de poder realizar tales declaraciones. Aunque, no puedo estar más de acuerdo con él, cuando aconsejaba rodearse de cosas bellas para poder ser tocado por la inspiración. También pienso que es fundamental hallarse en un buen entorno que nos motive a crear. Pero sin duda, lo que más me fascina de este gran maestro, son los últimos años de su vida. Debo darte toda la razón cuando avalas que es un ejemplo de superación. En comparativa, todas las razones que yo te he manifestado para excusar mis bloqueos creativos parecen minucias. He estudiado un poco su biografía, y en enero de 1941, cuando contaba con 72 años de edad, le diagnosticaron un cáncer duodenal. Superó el cáncer gracias a una operación que le salvó la vida, pero que le dejó postrado en cama y en silla de ruedas. Y él, en lugar de abatirse, aceptó esta nueva situación y vio una oportunidad para resurgir. Reorganizó todo en su habitación de modo que pudiera disponer de sus materiales alrededor de su cama, para crear de nuevo arte. ¡Era un genio! Y lo demostró aún más, cuando su salud empeoró, y ya no podía pintar. Creó otra forma de arte, a través de pintura gouache, papel y tijeras. Sus asistentes pintaban por él, y Matisse posteriormente daba forma al papel con unas tijeras. De esta época es su obra “La Piscina” (1952). En sus cartas a su hijo Pierre, declaraba que aún estaba aquí y que se concentraba en una sola cosa, en su trabajo, por el que vivía. Testificaba que la operación le proporcionó un nuevo equilibrio, y le regaló una segunda vida.
De nuevo, mi más querida amiga, te he de agradecer que hayas puesto en mi camino tan gran ejemplo de genialidad y superación. Cualquier obstáculo que se presente en mi recorrido, ahora sé que podré sortearlo. Es más, los imprevistos, por perniciosos que nos parezcan, siempre pueden aportarnos un nuevo punto de vista. Un resurgir, como el ave fénix que renace de sus cenizas.
Como te confesaba en mi anterior carta, ansío estudiar la técnica, que mis emociones y pensamientos se extrapolen coherente y armoniosamente, que alcancen un sentido. Como sugería Berger, dibujar es un proceso continuo de corrección. Es un proceso que avanza corrigiendo errores. Y de este modo voy progresando en mi evolución como artista, cometo errores en el dibujo y tachones en la escritura. Sin perder el impulso por seguir perfeccionando mis habilidades, busco la manera de aprender a observar con ojos críticos, interiorizar lo que percibo, entender lo que me hace sentir, y transmitir estas emociones de modo que quien contemple mi obra sea capaz de estremecerse. Sería un sueño aproximarme a la habilidad con la que contaba Watteau, en la observación de la realidad, y en como entendía aquello que miraba. Los grandes artistas saben expresar en su obra todo lo que les conmueve, muchos intentan conseguir plasmar la realidad del mundo que les rodea tal y como ellos la perciben y la sienten. Vincent van Gogh, decía que el arte fue el medio por el que llegó al autoconocimiento. Declaró que es difícil conocerse a sí mismo, pero que tampoco es fácil pintarse.
Como ya te confesé espero que este nuevo camino que he escogido me adentre a una vida más plena. Una vez conocido, es imposible desvincularse del arte, te envuelve de tal modo, que no puedes prescindir de él.